Juega como si estuviera en casa. Desplega todo su nivel y su mejor tenis. El calor la acompaña para destrozar a sus rivales. En pocas palabras, se luce como ninguna otra en Barranquilla.

En la Puerta de Oro de Colombia, María Camila Osorio, tuvo un papel fundamental para darle una presea dorada en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

"Pesa un poco la medalla (risas). Muy feliz y contenta por los resultados, y agradecida con Dios", expresó la cucuteña en diálogo con Zona Cero.

La tenista venció fácilmente a la mexicana Fernanda Contreras por 6-2 y 6-3, en el primer partido de la Copa de Naciones. Osorio fue quien abrió el camino para el oro en las justas.

"Una alegría muy grande en mis primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe", agregó la deportista.

La joven raqueta de 16 años es considerada la 'joya' del tenis femenino colombiano y este 'diamante' reconoce a Barranquilla como su segundo hogar.

"Barranquilla es mi segunda casa. He jugado dos mundiales juveniles, los únicos que he ganado y ahora la medalla de oro. Me llevo recuerdos muy bonitos de aquí", indicó.

Del calor dijo que esta vez lo sintió un poco más, pero al igual que en su tierra natal Cúcuta, lo terminó controlando.

"A mitad de primer set me sentí deshidratada y estaba tomando de todo, pero lo supe manejar y saqué la verraquera para darlo todo en la cancha", sostuvo.

Reconoció que para el equipo femenino fue un desahogo haber ganado esta medalla después de varias derrotas duras en los Juegos.

"Para mí fue muy duro haber perdido con México en el dobles", confesó de esa final que le entregó una medalla de plata junto a Mariana Duque.

El deporte está en sus venas

La cucuteña no olvidó sus raíces. Muy pocos conocen que la familia de la tenista colombiana tiene el gen del deporte incorporado y ella no se quiso quedar por fuera de esto.

Su abuelo de parte materna es Roberto Serrano, quien estuvo en la nómina de la Selección Colombia, que disputó el Mundial de Fútbol de Chile 1962.

Juan Carlos Osorio, su papá, tuvo un paso por las divisiones menores del Cúcuta Deportivo. "Mi mamá jugó baloncesto y mi hermano juega fútbol profesional (Fortaleza F.C.)", añadió.

"Faltaba una tenista y a mí se me dio por jugar este deporte", expresó entre risas.

La medalla de oro que ahora carga bajo su cuello y será colgada al lado de sus otros trofeos en su casa, no solo fue dedicada para Colombia.

"Le dedico esta medalla a mis papás por siempre apoyarme y creer en mí sin importar si pierdo", indicó.

El techo aún es lejano

María Camila tiene los pies en la tierra. Esa niña que soñó desde siempre ser tenista es consciente de que ha ganado mucho a su corta edad, pero sabe que falta un largo camino.

"Yo digo que apenas estoy empezando. Que esto es un proceso larguísimo y yo todavía no he logrado nada. Hay que ir poco a poco y no conformarme con nada", expresó.

La bicampeona mundial, a nivel juvenil, seguirá su carrera este año jugando a nivel profesional, le falta mucho para cumplir los 18, es decir, su techo aún no llega a su techo: ser la número 1 del tenis mundial.

La 'joya' prometió volver a Barranquilla, ese lugar que, cuando lo pisa, simplemente brilla más.